¿Hay algo más rico que unos churros caseros para desayunar o para la merienda?
Hoy nos apetecía mucho tomar un chocolate con churros.
Os diré que empecé a hacer churros en casa estando en el confinamiento, se hacía eterno el tiempo.
Los comercios, cafeterías y tiendas estaban cerrados.
Por eso desde casa tratamos de que el tiempo se nos hiciera más ameno.
Como una de mis aficiones favorita es cocinar,en los ratos libres es lo que procuraba hacer.
Haré unos churros para el desayuno.
Tengo que confesar que en mi casa hay una churrera desde hace mil años, o más, sin usar.
Así que nos ponemos manos a la masa, y veremos qué sale.
¿Me acompañas a la cocina?
Ingredientes: (2 personas).
- 250gr. de harina.
- 250ml. de agua.
- 1 cucharadita de sal.
- Aceite para fréir.
- Azúcar para decorar (opcional).
Tiempo: 30 minutos.
Dificultad: baja.
Preparación.
Preparamos los ingredientes. Ponemos un cazo al fuego con el agua, y la sal y dejamos que hierva.
Incorporamos la harina tamizada.
Removemos bien hasta que la masa esté bien integrada, y se desprenda fácilmente.
La despegamos con una espátula y la colocamos en la encimera sobre un chorro de aceite, para que no se pegue, amasamos un poco y dejamos que se temple.
Introducimos la masa en la churrera.
Ponemos al fuego, una sartén o cazuela, con abundante aceite de girasol y vamos echando la masa de los churros.
Daremos la forma que nos apetezca, alargados, con forma de lazo.
A nosotros nos gustan que queden bien dorados.
Los sacamos a un plato.
Los tomamos con una taza de chocolate o un café bien caliente, o solos, que también están muy ricos. Ya veis que con solo tres ingredientes nos quedarán ricos, ricos.
También hemos hecho porras.
Sugerencia:
Podéis hacer también porras, con la diferencia que a la masa de las porras hay que echarle un poco de levadura en polvo, para que al freír quede la masa más porosa y crujiente por fuera, ponéis en una manga pastelera una boquilla muy grande, metéis la masa en la manga pastelera y hacéis un círculo grande alrededor de la sartén, luego cortais con una tijera la medida que queráis.
Podéis espolvorear, o no, con el azúcar, es cuestión de gustos.
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