Un clásico que no puede faltar en la cocina.
Una receta que está desapareciendo de la carta de los restaurantes y que yo no quiero que se pierda.
La podemos hacer con pollo o con gallina, a mi personalmente me gusta más hacerla con pollo, resulta más jugoso.
Plato muy sencillo de elaborar y riquísimo. ¿Nos vamos a la cocina?
Ingredientes: (4 personas).
- 1 pollo de 1.800gr. (aproximadamente).
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
- Perejil.
- 1 vaso de vino blanco.
- 50gr. de almendras molidas.
- Medio litro de caldo de pollo.
- 1 huevo duro.
- Unas hebras de azafrán.
- 1 hoja de laurel.
- 1 pimiento verde.
- 1 zanahoria grande.
- Aceite de oliva.
- Sal.
- Harina.
- 1 rebanada de pan.
Tiempo: 50 minutos.
Dificultad: baja.
Preparación:
Corta el pollo en trozos y límpialo, dejando los muslos enteros. Salpiméntalo, y pásalo por harina, fríe en aceite hasta que esté dorado ligeramente.
Colócalo en una cazuela. (después incorporaremos la salsa).
Mientras, Pon una sartén con aceite al fuego.
Corta la cebolla, el pimiento, el ajo y la zanahoria, en juliana y pocha en el aceite caliente, lentamente.
Añadimos la almendra molida y el vaso de vino blanco.
En una sartén con aceite caliente, fríe la rebanada de pan, sácala y ponla en trozos en el mortero.
Haz un majado y lo incorporas a la salsa que hicimos anteriormente.
Añadimos a la cazuela donde tenemos el pollo, toda la salsa.
Añade el caldo de pollo, rectifica de sal y pon unas hebras de azafrán tostadas y el laurel.
Deja cocer todo junto unos 35 minutos (o menos si es en olla exprés).
Adorna el plato con huevo duro.
¡Queda un plato exquisito!
Sugerencia:
Este plato lo podéis hacer con gallina también.
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