El segundo plato perfecto, o casi.
La combinación de ingredientes consigue un plato tan completo que también podemos servirlo como plato único.
Además, la mezcla de jamón y queso es algo que gusta a buena parte de los comensales, por no decir a todos; sirve también como excusa para que los más pequeños de la casa se sientan atraídos por las berenjenas. ya sabes que ellos y las verduras y hortalizas no se llevan demasiado bien.
Otro punto a favores que los rebozados — bien hechos y con poca grasa, eso si — resultan irresistibles.
Ingredientes: (4 personas).
- 1 berenjena grande.
- Jamón serrano en lonchas finas.
- Queso en lonchas.
- 2 huevos para batir.
- Harina.
- Aceite de oliva para freír.
- Sal.
Tiempo: 30 minutos.
Dificultad: baja.
Preparación:
Lo primero de todo: ¡no peles la berenjena! La piel tiene un tono morado precioso y no va a influir nada en el sabor (también las hay blancas). Por cierto, si la berenjena puede ser ancha y de tamaño grande, mucho mejor.
Corta la berenjena o berenjenas, en rodajas finas y pon las durante 15 minutos en un bol grande con agua fría y abundante sal. Con esto consigues que suelten todo el amargor tan característico de esta hortaliza.
Pasado ese tiempo, ponlas en un plato con papel de cocina para que absorba toda el agua.
Coloca las rodajas en una fuente (tienen que ser pares).
Corta el jamón a la medida, más o menos, de la berenjena y colócalo encima de estas. Ahora es el turno de poner las lonchas de queso sobre el montante anterior.
Acabado el proceso, tendrás: rodaja de berenjena, queso, jamón y otra rodaja de berenjena.
Ahora es el turno de pasarlas por harina y huevo con una pizca de sal, esta especie de montadito.
Cuando hayas acabado de rebozar las berenjenas, pon una buena cantidad de aceite en una sartén a fuego medio. Cuando veas que el aceite coge temperatura ve depositando con cuidado las berenjenas.
Lo ideal es que las saques de la sartén cuando estén bien doradas por los dos lados.
También podéis hacer este plato con calabacines, queda buenísimo.
Sugerencia:
Fritas las berenjenas, es conveniente ponerlas sobre un plato en cuya base, previamente, hayas colocado papel de cocina, este absorberá el exceso de aceite, lo que facilitará la digertión de los comensales.
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