El segundo plato perfecto, o casi.
La combinación de ingredientes consigue un plato tan completo que también podemos servirlo como plato único.
Además, la mezcla de jamón y queso es algo que gusta a buena parte de los comensales, por no decir a todos; sirve también como excusa para que los más pequeños de la casa se sientan atraídos por las berenjenas. ya sabes que ellos y las verduras y hortalizas no se llevan demasiado bien.
Otro punto a favores que los rebozados — bien hechos y con poca grasa, eso si — resultan irresistibles.